El aumento
de la tensión previo a la competición, puede afectar negativamente a los
deportistas en su capacidad de rendimiento. Pueden sentirse tensos, agitados y
preocupados por el resultado final. Todo eso hace que no logremos
concentrarnos en la carrera que vamos a afrontar.
Esto llevo
a los entrenadores a poner interés en el campo de la psicología del deporte y
en particular en el área de la ansiedad competitiva, centrándose en las
técnicas que los deportistas pueden utilizar para mantener el control y
optimizar su rendimiento. Una vez aprendidas, estas técnicas permiten al
deportista relajarse y enfocar su atención de manera positiva en su prueba.
Concentración, confianza, control y compromiso se consideran en general las
principales cualidades mentales que son importantes para un desempeño exitoso
en la mayoría de los deportes.
- Concentración: La
habilidad para mantener la atención.
- Confianza: Se
da cuando creemos en nuestras capacidades.
- Control: La
capacidad de mantener el control emocional, independientemente de las
distracciones.
- Compromiso: La
capacidad de, más allá de los imprevistos, seguir trabajando para los objetivos
acordados.
Las
técnicas de relajación, y las imágenes mentales pueden ayudar a un deportista a
lograr las cuatro características claves para una prueba exitosa (siempre y
cuando haya entrenado lo suficiente y su preparación sea acorde a la prueba que
disputará).
Concentración.
Si el
deportista no tiene la concentración necesaria, la prueba no saldrá como la
planeamos. Distracciones comunes son: ansiedad, fatiga, el tiempo que pensamos
hacer, presiones del entrenador, el contrincante y los pensamientos negativos,
entre otros. Las estrategias para mejorar la concentración son muy personales.
Una forma de mantener el enfoque es establecer metas para cada parte de la
competición. El nadador puede fijarse pequeñas metas, por ejemplo
“alcanzar a ese que va delante mío”. Para cada uno de estos objetivos, el
deportista puede usar una palabra disparador (una palabra que al
instante vuelve a centrar la concentración) por ejemplo la palabra “técnica”.
Por ejemplo, en aguas abiertas los nadadores suelen ponerme muy nerviosos y
pierden la concentración, entonces si se piensa en la “técnica” del braceo, o
de la patada será más fácil volver a concentrarnos.
Confianza
en nosotros mismos.
El
deportista tendrá confianza en sí mismo si cree que puede lograr su objetivo.
Cuando un deportista tiene confianza en sí mismo tenderá a: mostrarse
entusiasmado, positivo y acepta tanto éxito como el fracaso. Para mejorar la
confianza el nadador puede:
Visualizar
un buen rendimiento en una prueba o entrenamiento anterior.
Imaginar
distintos escenarios y cómo va a lidiar con ellos.
La
confianza es un estado de ánimo positivo y la creencia de que puede afrontar la
prueba. Es la sensación de que está todo bajo control. No es la situación
previa a la salida la que afecta directamente a la confianza, sino que son los
pensamientos, los supuestos y las expectativas que tiene uno mismo.
Eliminar la ansiedad.
La
capacidad de un deportista para mantener el control de sus emociones frente a
la adversidad y seguir siendo positivo es esencial para un resultado exitoso.
Dos emociones que a menudo están asociadas con el bajo rendimiento son la ansiedad
y la ira.
La
ansiedad se presenta en dos formas: física (cosquilleo en el estómago,
sudoración, náuseas, necesidad de ir al baño) y mental (pensamientos negativos,
confusión, falta de concentración). La relajación es una técnica que puede
utilizarse para reducir la ansiedad. En cuanto a la ira, cuando un deportista
se enoja, la causa (eso que lo molestó, como por ejemplo una actitud anti
reglamentaria de otro atleta) se convierte en el foco de atención. Esto lleva a
una falta de concentración en SU prueba. El rendimiento se deteriora y pierde
confianza de sus capacidades, es el camino al fracaso.
Como
conclusión, podemos decir que todos los deportistas deberían tener entre sus
objetivos mejorar sus habilidades mentales. La auto-confianza, motivación,
capacidad de relajarse bajo presión y la capacidad de concentración. Todo eso,
por lo general se logra en tres pasos:
- De
educación: Entender la importancia de las habilidades psicológicas, y cómo
afectan a sus rendimientos.
- De
adquisición: Aprender estrategias y técnicas para mejorar sus habilidades
específicas psicológicas. Relajación, asistencia de un psicólogo deportivo,
técnicas de yoga, etc.
- Práctica:
Desarrollar sus habilidades psicológicas a través de la práctica repetida,
durante la competencia.
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